Quédate,
No luches,
No te rindas,
Solo acepta y quédate a mi lado.
En este camino angosto y difícil
Solo quédate y no sueltes mi mano.
No tienes que hacer nada, no necesito valientes a mi lado,
Solo quédate.
En las mañanas me levanto con la misma luz que te levantas
tú,
No es cuestión de no verla,
Es cuestión de que quieras verla.
No decaigas, a veces lo deseas, lo sé, no es diferente a las
sensaciones que tenemos todos los demás. Sería fácil tirar la toalla, bajar los
brazos y que salga el sol por donde
quiera. Pero el sol siempre sale por el mismo sitio, con la misma intensidad.
Son las nubes, el tiempo, las barreras las que nos hacen ver la luz de otra
manera. No queda otra que enfrentarte y aceptar quedarte a mi lado.
No es fácil, lo sé, nadie dijo que lo fuera, más aún cuando
todo se acumula a tu alrededor o más bien dentro de ti. Sí, no es fuera donde
tienes que actuar, es dentro de ti. No culpes, no juzgues, solo quédate.
No es rápido, lo sé. Los cambios, la aceptación y la
transformación es lenta. No se hace en un día, ni en un mes. Es tiempo que
dejaste de dedicarte a lo más importante, tú. Ahora toca quedarse, no te vayas
aún.
Lo echas de menos, lo sé. Siempre lo harás. No habrá día que
pase que no eches de menos. Hasta las etapas, antes oscuras, ahora añoradas,
las echaras de menos. Por eso te pido que te quedes.
Ahora, en el presente. Quédate en este mismo momento, tu
mente se quiere ir, lo sé. Yo te pido que te quedes, observes, no huyas. Donde
estás. Este eres tú ahora, no dudes que es difícil verte. Mucho de tu pasado y
mucho de tu futuro no te dejan ver que la única razón es esta: QUÉDATE.
Aquí, conmigo, con la gente de tu alrededor. Con tu momento.
No hay otro.
Por eso te pido que no te vayas
Quédate,
No luches,
No te rindas,
Solo acepta y quédate a mi lado.
En este camino a veces hermoso
Quédate y siente el calor del que tienes al lado.
No tienes que hacer nada, ya eres valiente si lo haces,
Solo quédate.
Las noches nos llegan a todos.