domingo, 5 de septiembre de 2010

Ni fútbol ni vida

Cada día que pasa me sorprende la capacidad humana para destruir, desmoronar, resolver y volver a destrozarlo todo.¿Porque expongo de esta manera tan drástica mi manera de ver al ser humano? Te explico:

 Hoy he vuelto de una de las salidas con el equipo a tierras gaditanas para disputar el primer partido de temporada contra el San Roque de Cádiz. Aún sabiendo la inexperiencia debido a la edad de nuestro equipo, el convencimiento o más bien la ilusión de que ibamos a ganar me hizo despertarme de muy buen humor. Mi despertador estaba preparado a las seis y mi maleta y libreta ya preparadas para salir sin prisa de mi piso hacía el autobús de concentranción.
Quien me iba a decir a mi que iba a acabar montada en un autobus con un equipo de futbol...sorprendente y realmente apasionante. Ahí voy... de un momento a otro las circunstancias que giran alrededor de ti hacen que termines uniendo puntos lejanos debido a la casualidad o causalidad, aún no lo tengo claro. 
Retomando mi historia, nos dirigimos hacia San Roque con una especie de tranquilidad soñadora sobre el futuro desenlace del partido. 
Reconozco que soy una persona con esperanzas porque incluso agotándose la última posibilidad siempre pienso que puede pasar. 
El partido, como imagino que estarás suponiendo lo perdimos. ¿La culpa? En el fútbol la culpa siempre es del equipo, por mucho que queramos justificar en otras piezas del juego. Lo bueno de todo esto es que en un segundo en el campo de juego podíamos hacer maravillas con el balón que levantaban al banquillo por entero, y en breves segundos posteriores... sentarnos porque habíamos cometido un error salvaje y provocado por la inexperiencia. Creamos...destrozamos...volvemos a crear... volvemos a retomar... y luego volvemos a cometer el mismo error...
El primer bajón del equipo fue seguido por un apoyo a todos los jugadores de parte del cuerpo técnico, así que después de la tempestad, volvió a llegar la calma.
Por circunstancias parecidas, yo en ese misma dio cree y destruí... volví a errar y volví a sentirme de nuevo como nunca me gusta sentirme. En todos los ámbitos cometemos los mismos errores. Y ahora realmente pienso en las dificultades de las personas en mantenernos cuerdas y en la necesidad que tenemos en que otras personas nos hagan ver de nuevo la realidad mediante sus consejos y críticas. 
El equipo ha prometido no volver a cometer dichos errores tan claros... y yo prometo no volver a cometer el mismo error...
¿Cuando aparecerá la piedra que nos haga volver a caer?


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